1. JULIO ROMERO DE TORRES: LA NIETA DE LA TRINI (1929)
Imaginar lo que supuso para la época esta obra del pintor cordobés, esas inquietantes mujeres desnudas que retrataba en muchas de sus obras, la mujer andaluza es su símbolo erótico por naturaleza. Destaca su facilidad para representar la forma de la figura humana haciéndolo tan real que asombra. El Museo Julio Romero de Torres, en Córdoba, atesora la mayor parte de su producción y La nieta de la Trini, el cuadro en cuestión está ubicado en la sala dedicada a grandes manifestaciones culturales de su tierra, como el flamenco, la copla y el cante hondo, etc, etc, y como podemos observar muestra un desnudo integral, con una navaja en la mano y una flor en la cabeza. Las medidas son perfectas, no os parece?
2. ANTONIO MARÍA ESQUIVEL Y SUÁREZ DE URBINA: JOSÉ Y LA MUJER DE PUTIFAR (1854)
Esta obra de Esquivel requiere importancia se podría decir que es pura provocación debido a sus tintes religiosos, ya que describe lo contado en el Génesis 39: 7-20, para relatar la insinuación de la mujer al esclavo de su marido, que se veía forzado a rechazarla, el pintor ha aprovechado aquí para presentar un desnudo donde predomina la gesticulación teatral de los personajes. Esta obra de tanta belleza hay que decir que forma pareja con La casta Susana, ambos cuadros fueron encargados por José María Bracho y Morillo y hoy en día pueden contemplarse en el Museo de Bellas Artes de Sevilla. Por tanto ya sabemos lo que suponía un episodio narrado en textos religiosos, suponemos que era considerado provocación máxima pero de lo que no se puede dudar es de la belleza y de la calidad de la obra, verdad?.
3. PICASSO: ÁNGEL FERNÁNDEZ DE SOTO CON UNA MUJER (1902-1903)
Si hablamos de provocación no podía faltar una obra del genial pintor malagueño realizada durante su período azul que, sin ser de las más destacadas, pertenece a la serie de dibujos eróticos que comenzó al trabajar en el estudio de Àngel Fernández de Soto, con quien visitó los burdeles de la ciudad. Con tinta sepia a pluma, aguada, acuarela y lápiz Conté, el prolífico autor recoge sobre papel, con gran detalle y de forma abierta, una de las escenas de estas visitas al Barrio Chino. Nos llama mucho la atención en la parte inferior como ambos se acarician sin recato, ni simbolismo, vamos, que no se cortan un pelo y reflejan a la perfección lo que el pintor malagueño quería sin duda plasmar en la obra. Una obra así hoy en día podría perfectamente aparecer en cualquier revista de contenido para adultos, no os parece? lo que no podemos llegar a saber es el valor que tiene una obra como esta pero seguro que valdrá mucho pero que mucho dinero, no en vano no deja de ser del mito y genio malagueño. Por cierto, la obra la podemos ver en el Museo Picasso de Barcelona.
4. MARIÀ FORTUNY: LA ODALISCA (1861)
Ni muchos menos es su obra más sugerente, pero es curioso como el artista de Reus envió esta obra desde Roma a la Diputación Provincial de Barcelona como primera entrega por su beca de pensionado de pintura. Completamente diferente a la temática solicitada, podría ser que María Fortuny decidiera este cambio tras su primera visita a Marruecos en 1860 y sin duda le debió de impactar e impresionar. Para muchos expertos en arte les llama la atención el gran parecido de la modelo con la del cuadro Mujer dormida, de su compañero en la capital italiana Eduardo Rosales, y nos preguntamos que cual es la mayor diferencia? pues está en la mano izquierda de la esclava que escucha el laúd de un músico y que aparece modificada, abierta hacia arriba, con gesto lánguido y en disposición de entrega. La pintura es bellísima y como curiosidad fue pintada sobre cartón, si, si, habéis leido bien, sobre cartón.
5. TIZIANO: VENUS RECREÁNDOSE EN EL AMOR Y LA MÚSICA (H. 1555)
El maestro de la escuela veneciana, uno de los más grandes de su época llegó a realizar hasta cinco versiones por así decirlo de esta obra donde tan solo cambiaba el organista, por un tañedor de laúd, y el Cupido, por un perro. Dos de ellas se encuentran en el Museo del Prado. Los expertos en arte se contradicen ya que hay quienes las consideran como simples escenas eróticas y quienes ven en ellas alegorías neoplatónicas de los sentidos. La diosa romana del amor, la belleza y la fertilidad aparece aquí en claro contraste con el resto del cuadro, recostada, junto a su inseparable compañero y escuchando la música que toca el caballero, cuya mirada se focaliza en las sensuales formas de su cuerpo desnudo. De lo que no cabe la menor duda es que la obra, las obras de Tiziano son en su mayoría unas verdaderas obras de arte y cuando uno está delante de uno de estos cuadros que hoy os hemos intentado explicar pierde la noción del tiempo, te transportan a esa época e incluso te llega a meter en el cuadro, es o no es bello el arte?.
Esta obra del maestro veneciano se trata de una escena de erotismo crepuscular que acusa la significación sexual de la mirada, erotismo puro que dirían algunos y pornografía encubierta que dirían otros, el caso es que bien podría estar sacada de una escena de época de un sitio de Videos de Maduras X, no os parece? lo que nos ha quedado claro es que el sexo, el erotismo ha sido siempre un tema que ha estado en la mente de todos los artistas de todas las épocas y su belleza queda reflejada en estas obras que son de visita obligada, que lo disfruten.
